Todos sabemos desde el año pasado (se me hace raro decirlo) que Obama es el presidente de los Estados Unidos (EEUU o USA, según nuestro subconsciente nos lo dicte), así que no voy a repetir que es algo histórico por ser de raza negra, y etcétera y etcétera (este es para rellenar, dicen que a la tercera va la vencida :-D).

Ahora lo fundamental es que no cunda la idea de que todo va a cambiar. Vamos a tener cabeza. Está claro que algo va a cambiar. Por algo Bush era del partido republicano, y Obama es de los demócratas. Pero no todo va a ser un camino de rosas. 

No puede ser llegar y besar el santo. No puede ser que si el día 20 Obama juró el cargo (aunque luego lo hiciera para atar algún cabo suelto), el día 21 cierre Guantánamo, el día 22 saque a miles de soldados de Irak, y el 23 haya acabado con la crisis económica.

Obama lo está haciendo pausadamente. Las prisas no son buenas compañeras. Ahora ha comenzado a anular los juicios de Guantánamo, y se comenzará a redistribuir a los presos por otras prisiones, o si no tienen cargos, para que sean dejados en libertad.

Luego Irak. Aquí viene el quid de la cuestión. La operación de repliegue va a durar como mínimo entre 6 meses y un año. No se pueden sacar a miles de soldados de golpe de Irak, y que las milicias vuelvan a controlarla, y a luchar contra el ejército iraquí. Tiene que haber un proceso de cesión de poderes a la policía y ejércitos locales, que sean ayudados durante algún tiempo más, y después, la vuelta a casa. Si no, se pondría en peligro la vida de muchísima gente.

Por último, la crisis. Lo primero es que es MUNDIAL. Un solo hombre no puede cambiar la situación económica de 6.500.000.000 de personas, por muy poderoso que sea. Puede ayudar un poco a los habitantes de su nación, pero de la crisis tenemos que salir entre todos.

Lo que sí que está claro, es que desde hoy, en la Casa Blanca hay otro ambiente.