Con corazón y con suerte ha sido como el Madrid ha vencido en un partido decisivo al Valencia. 

El partido fue un correcalles loco, donde ningún equipo se plantó bien estructurado por el césped, aunque el Madrid se presentó con cierta solidez atrás, esperando a su momento en el contrataque.

Ahí era cuando los de Juande Ramos partían a la peña "ché", con Robben como principal artífice, que llegó a quebrar 15 veces a la defensa valencianista. 

Y fue en una de esas jugadas, en el minuto tres de partido, cuando Higuaín aprovechó un pase de Robben, y con un buen disparo consiguió el primer tanto de los merengues.

Posteriormente, la locura aumentó, entre los palos de Casillas, que anoche se volvió a convertir en un muro impenetrable, y los palos en sí, ya que tanto Van der Vaart como Villa (entre otros) dispusieron de varias ocasiones, en las cuales el balón acabó chocando contra el poste.

Pero lo importante es que este Madrid no está muerto, y peleará hasta la última jornada por el título liguero, del que todavía es campeón.